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Introducción
Conversaciones: Uno de los temas que siempre me ha apasionado es el diálogo ficticio, especialmente cuando estos son con la que oscura es y bella se presenta. Cada conversación puede llegar tan lejos como tu imaginación lo permita.
Solía escribir muchos poemas breves a los que titulé Diálogos; la mayoría se perdieron en pedazos de papel durante los turnos en Camoapa. Recuerdo que llegué a enumerarlos hasta Diálogos X. Hoy, quiero compartir con ustedes una de mis últimas ocurrencias, un diálogo final al que he decidido titular de manera diferente: Conversaciones.
Espero que sea de su agrado, y quedo a la espera de sus comentarios.
Conversaciones
—Y tú, que rodeas mis ganas…
¿Qué quieres?
—Solamente morir.
Tantas veces tentado por tu selecto viaje,
es hora de emprenderlo.
¿Por qué has dejado de hostigarme?
En la oscuridad encuentro tus conversaciones amenas,
y me atrapan más que la vida que llevo en la luz del día,
día que oculta mis emociones,
la emoción de dejar de respirar
para así volar.
Tus razones son tantas y convincentes:
Dejar lo que nunca he tenido y
buscar lo que, sin duda, obtendré alguna vez;
vez que puede ser hoy,
vez que puede ser ahora.
Y entregarme al vacío,
donde ya no hay recuerdos,
ni buenos ni malos.
En la depresión, tus conversaciones son tan agradables
que te amo,
inspiras a cada momento el querer seguirte sin retorno,
y saber si es verdad que, al alcanzarte,
ves tu vida pasar por delante
o son los instantes hipóxicos de mi materia gris que muere.
—Esta noche.
No se hable más.
Necesitas más tú de mí
que cualquier otro ente en mi lista.
Lo puedes encontrar en:
Alvarado Pérez, J. L. (2016). [Conversaciones]
La conversación que todos tenemos pendiente. En cierto punto de nuestra existencia hacemos el diálogo interno y a veces contemplamos la probabilidad de que todo será mejor más allá del sol. Rara vez el ser humano se encuentra preparado para decirle, es hora, estoy listo(a).
Totalmente de acuerdo. Por eso que me parece interesante escribir acerca de estos temas.