Enmudeces

Enmudeces

Introducción

Enmudeces es un poema lleno de bohemia y melancolía que escribí en junio de 2010, mientras trabajaba lejos de mi hogar, de mis gustos y de todo lo familiar, en las solitarias montañas de Camoapa.

Surgió como una forma de agradecimiento hacia todas aquellas personas que me apoyaron en mis últimos días de Servicio Social, frente a la frustración de no ser comprendido, en aquel entonces, por quienes yo quería y apreciaba.

Hoy, al encontrarme tan lejos de aquella gente que me escuchaba —aunque no siempre me entendiera— y que cantaba conmigo —aun sin compartir mis gustos—, renace en mí la necesidad de hallar nuevamente a esos lectores: quienes leen y valoran mi trabajo.



Enmudeces

El sueño al que me aferré
hoy da sus frutos,
celeques frutos de mi ilusoria sensatez previa.

Quería siempre contigo guiarme
y no viste esta humilde estrofa
en la que lloro por tu amor,
azotado por envidiosas formas
que juré nunca amenazarían mis días tuyos,
llenos de locura, llenos de fe.
En realidad, no viste nada,
resultaste ciega.

Quería declamar a tus oídos eternamente,
para que no menguaran las impetuosas ganas
de tu juvenil encanto:
sudores excitantes que combinan llanto
y la sódica saliva entre cada gesto,
entre las cosas nuevas que descubrimos juntos
al ver nuestros desnudos cuerpos.
En realidad, no escuchaste nada,
resultaste sorda.

Y hoy, que mis versos surgen
de cada recuerdo que glorifica esa mirada tenue,
no lees mis rimas,
ensordeces al compás de su maltrecho ritmo.

Me hundo en profunda tristeza,
pues, al verme solo, prefieres callar
y no gritas mi incipiente forma.
Enmudeces conmigo,
al mismo tiempo que enmudece el día.


Puedes encontrarlo en:

Alvarado Pérez, J. L. (2025). [Enmudeces]. Poemario.


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